Primero fue Sixdegrees en 1997, luego Messenger en 1999 y desde ahí, con la entrada en los 2000’s, no han dejado de aparecer nuevas plataformas y aplicaciones que nos ponen en contacto con otras personas, desde cualquier lugar y a cualquier hora. Espacios donde contar qué estamos haciendo, dónde, cuándo y cómo, incluso en tiempo real.
Con el paso de los años y el avance de los tiempos, las redes sociales se han ido creando para resolver una tendencia comunicativa cada vez mayor y cada vez más especializada. Y, sobre todo, llegaron para quedarse. Pero he de decir que yo, desde mi perspectiva de CEO de Brava Producciones, sigo discutiendo con mi equipo la eficacia de algunas acciones en nuestras cuentas de empresa.
Es verdad que a partir de 2020, con la llegada de la pandemia, la necesidad comunicativa se hizo más visible que nunca. Nos vimos envueltos en una situación en la que no podíamos estar cerca de los nuestros, pero pudimos seguir en contacto con ellos. Y las empresas, de alguna manera, necesitábamos expresarnos y seguir contando que estábamos vivas, incluso activas con diferentes formatos, como era nuestro caso. Pero yo no puedo evitar hacerme siempre la misma pregunta: ¿contamos a nuestros seguidores cosas que realmente les interesan? Sobre todo, ¿sabemos los profesionales gestionar la información de nuestras empresas en todas las redes sociales que utilizamos? El éxito y la difusión ya sabemos que lo dan los likes, los comentarios, lo compartido y el número de seguidores. ¿Generan nuestras publicaciones algo de esto? Os voy a poner algún ejemplo, respetando las identidades, por supuesto, que me hace dudar de la eficacia de nuestros perfiles, y sobre todo de los contenidos que subimos a ellos:
- Recientemente descubrí un despacho de abogados que publica en sus redes, diariamente, el BOE. Tiene 8 seguidores y ningún like. Para ver el BOE, que se publica diariamente en su propia página oficial, ¿alguien entra en Facebook o en Instagram y lo busca a través de un bufete de abogados? Parece que ellos pensaron que sí.
- El perfil de Instagram de una empresa de informática publica, exclusivamente, fotos de brindis con vasos de cerveza. Seguidores y likes similares a la anterior. Pero, todas las semanas tienen publicaciones. Algunas cosas están claras: les gusta brindar, y les gusta la cerveza. Podrían ser una empresa de informática, de gomas de borrar o de lo que quisieran. Pero de lo anterior, no hay duda.
- En el sector de las agencias se tiende mucho a publicar fotos del equipo, generalmente a modo de grupo sonriente, haciendo referencia al día o hecho por el que se juntan y toman esa imagen. Bien, es este caso en el que a veces Brava Producciones se incluye; al menos los seguidores saben dónde estás y qué haces. Pero eso no evita que me siga preguntando si nos aporta algún beneficio porque, al menos en nuestro caso, los likes vienen únicamente de algunos familiares y amigos, a los que les gustamos, hagamos lo que hagamos, y estemos donde estemos.
- He descubierto una empresa de engranajes metálicos de varios usos, con venta en internet, que publica semanalmente en sus redes sociales, un refrán. Desde luego, lo hace alguien a quien le divierte porque no fallan una semana pero, mucho caso no les hace nadie. Para mi pena, los refranes no están muy de moda últimamente.
Cuento todo esto desde el más absoluto respeto, por supuesto. Lo que pasa es que yo he sido educada en la idea de que no hay que hacer por hacer. Veréis que no menciono LinkedIn, que es donde pretendo publicar este artículo, y que para mí es la única red que aporta alguna relevancia a nivel profesional. ¿Por qué entonces nos empeñamos en estar en todas? Pues no lo sé pero, estar, estamos.
Me reafirmo, y ya termino, en que, en mi humildísima opinión, no todas las plataformas son adecuadas ni eficaces para todas las empresas, por muy buenos expertos en redes que las manejen. Yo desde luego, seguiré cabezota en ser y no desperdiciar tanto esfuerzo, energía y recursos en estar. Pero, por si acaso, no diré nunca a mi gente que borre nuestros perfiles en redes sociales, no sea que alguien nos vea y nos dé un like.