Ya llevamos un tiempo oyendo hablar por todos lados del “Método Konmari”, o lo que es lo mismo “ordenar con Marie Kondo. Esta experta del orden es japonesa y antes de arrasar en Netflix, ya había triunfado hace años en las librerías con “La Magia Del Orden”, el libro que recoge sus principios y sus trucos, y del que se han vendido millones de copias en el mundo entero.
Dicen, y no solo Marie Kondo, que ordenar es beneficioso para la salud y nos hace más felices. Según estudios recientes, ordenar combate el estrés. Un ambiente ordenado transmite inconscientemente una sensación de calma, y en cambio uno donde reina el caos, crea inquietud, desasosiego. Por otro lado, la vida más ordenada (en las comidas, el descanso, el ejercicio…), es beneficiosa para la salud y de rebote nos pone más guapos y nos hace sentir más felices. ¿Qué más podemos pedir?.
Ahora bien, este orden del que habla Marie kondo ¿lo reservamos solo para nuestro ámbito personal? ¿y en el laboral? ¿no es necesario cumplir todas estas premisas para encontrarnos mejor y hacer mejor nuestro trabajo? Sinceramente, para mí sí. Yo traslado este concepto al mundo de la organización de eventos y parto de la base de que ordenar significa colocar algo o a alguien con un plan o de modo conveniente. Esto me lleva a pensar que si existe cualquier aspecto que mejore el funcionamiento de la organización, habrá que ponerlo en práctica. Y justo el orden es uno de ellos. Tanto la calidad, la seguridad, como la eficacia en el desempeño del trabajo se verán beneficiados. El tiempo en el mundo de la organización de los eventos es oro, y desenvolverse en un espacio donde prime el orden ayudará a que la producción mejore y a que el ritmo de trabajo sea el idóneo. ¿Que ganamos con este orden a la hora de organizar un evento? Pues, por ejemplo, menos accidentes laborales, menos pérdidas de tiempo en buscar papeles o herramientas, una mayor calidad del producto o servicio ofrecido…., etc. Desde luego, en un suma y sigue casi, casi inagotable, de todos ellos, yo destacaría la calidad en la percepción. Las acciones ordenadas se perciben infinitamente mejor. Con orden haremos que los asistentes a un evento lo vivan fácilmente. De nada sirve, entrar en un espacio y tropezarnos con el caos, con unos trabajadores que tardan el doble en atender los servicios que solicitamos, porque ellos mismos no consiguen encontrar lo que pedimos. El orden facilita el control visual, haciendo que para el trabajador sea más sencillo encontrar todo aquello que facilita su acción. Y ni que decir tiene para el asistente, esa víctima del posible desorden, que nada agradece más que, de entrada, que encontrar su destino.
En definitiva, al igual que en nuestra casa, mantener el orden en nuestros eventos nos hace sentir mejor. Mi consejo, después de estos 25 años, y lo que inculco a todos mis equipos, es hacer un plan de tareas. Definir y asignar qué tenemos que hacer, y a quién le toca qué. ¿podría convertirme en la Marie Kondo de los eventos?. No sé si llegaré nunca a ser tan buena “ordenatriz” pero, lo que si se es que para mí, un evento sin orden, nunca será un gran evento.